Entre las ermitas que
existieron en La Ventosa y que desaparecieron con el transcurso de los siglos
se encuentra la de San Sebastián. De origen medieval, seguramente estuvo
relacionada su construcción con las epidemias que asolaron Europa en diferentes
oleadas durante los siglos XIV y XV. San Sebastián, junto con san Roque, fueron
considerados los más importantes protectores contra la peste en la Edad Media,
y su devoción está también presente en otros lugares pertenecientes al municipio de Villas de La Ventosa como
Bólliga (san Roque), Fuentesbuenas (san Roque), Culebras (san Sebastián), y Villarejo del Espartal (san Roque).
El 17 de diciembre de
1534 el doctor Miguel Gómez, arcipreste de Pareja y visitador general del
obispado de Cuenca visitó la iglesia de La Ventosa, y uno de los diferentes
asuntos que dejó mandados fue relativo a la construcción de la capilla de San
Sebastián en la iglesia nueva[1].
Además, y aquí está lo importante del texto, cita de manera inequívoca la
existencia de la ermita de San Sebastián, que en 1534 ya se encontraba ruinosa,
por lo que nos encontramos ante una antigua ermita medieval que debía encontrarse
a la salida del pueblo, posiblemente en la época de la concesión del señorío de
La Ventosa a Alonso Ruiz de Sandoval en la primera mitad del siglo XIV.
Esta construcción y su
ubicación, nos habla de un símbolo religioso de protección a la entrada del
pueblo, apuntando precisamente hacia otro núcleo de población que desapareció
entre los siglos XIV y XV llamado Villarejo de la Vega, posteriormente Villarejo
Caído tras su despoblamiento, pudiendo estar ligada su desaparición a una
epidemia. En el siglo XVI los vecinos de La Ventosa y Villanueva de Guadamejud
realizaban aún una procesión desde cada pueblo hasta el lugar donde se
encontraba la iglesia de este despoblado realizando oraciones y diciendo
responsos.
El mandato del doctor Miguel Gómez en 1534 sobre la ermita de San Sebastián fue la siguiente:
“Y también mandó el señor visitador
que por cuanto halló que la ermita de San Sebastián está para se caer e por ser
más aumento al culto divino que no se repare en ella cosa alguna más antes
venda la madera de la ermita o la deje para la capilla que él mandó que se haga
en la iglesia nueva, porque de ello será Dios más servido. Y que si alguien
tenía algún juramento hecho de sustentar la dicha ermita que se lo conmuta o
los absuelve del dicho juramento con tanto que hagan en la iglesia nueva una
capilla fuera junto a la torre, a la parte del evangelio que tenga veinte pies en
cuadra y que se quiten los estribos de fuera y el arco de dentro, pues no
sirven de nada, y la piedra sea para la dicha capilla y en esto no se ponga
embargo alguno so pena de excomunión”.
El señor visitador mandó
también al mayordomo de la iglesia que hiciera quitar toda la madera y teja del
cuerpo de la iglesia vieja y lo demás del coro, y si la madera que se quitase
fuera buena, que se usase para el tamborillo y para la capilla de San Roque y
San Sebastián que se debía hacer en la iglesia nueva. En caso contrario, que la
madera se vendiera en pública almoneda y los maravedíes obtenidos se gastasen
en lo dicho anteriormente.
Actualmente no queda nada
de la citada ermita, pero en este aspecto la tradición oral ha aportado la situación
de la construcción, encontrándose a la salida del pueblo entre el camino que va
a la Fuente del Villar y el que va a Fuentesbuenas. Para corroborar estos datos, en el catastro aún existen varias parcelas en esa misma ubicación con el nombre de San Sebastián. Además, y para confirmar todo lo anterior, se ha
localizado en una relación de tierras del año 1529 un párrafo que dice lo siguiente[2]:
“Y también otra tierra detrás de San Sebastián, entre los caminos, que ha por aledaños de todas las partes los cerrillos, y por la parte de hacia los huertos el camino de Villarejo que va a la Fuente del Villar, y la senda que va a Baldurán, que cabe de cebada tres almudes”.
En esta
imagen aérea de La Ventosa se muestra la ubicación de lo que en el catastro aparece con el
nombre de San Sebastián, y que coincide con las descripciones del siglo XVI y
con la tradición oral, encontrándose entre los caminos de la Fuente del Villar
y el otro camino de Fuentesbuenas, que se dirige a la zona conocida como
Baldurán junto al río Guadamejud. En el cerro que hay entre los dos caminos se encontraba el molino de viento.
En esta otra imagen podemos observar
una parte del retablo barroco que se encuentra en la iglesia parroquial de La
Ventosa, donde aparece san Sebastián en el centro, acompañado de san Roque a la
derecha y san Blas a la izquierda, todos ellos relacionados con la protección
contra las epidemias, siendo efectivo el mandato que se hizo en 1534, ya que casi cinco siglos después el retablo con los dos santos juntos sigue situado en el lado del evangelio de la iglesia parroquial (parte izquierda según se mira al altar mayor) y cerca de su torre. San Sebastián, aparece representado en su martirio, mostrándole atado a un árbol o poste, y con el torso y las piernas atravesadas por saetas, ya que el emperador mandó que le sacaran al campo, lo ataran a un árbol y que un pelotón de soldados disparasen contra él y lo mataran a flechazos.
Como se ha dicho antes
Culebras, perteneciente en la actualidad al municipio de Villas de La Ventosa
(Cuenca), tiene aún mucha devoción por san Sebastián, el cual es su patrón,
conservando una imagen en su iglesia parroquial y realizando una procesión todos
los años en su honor en la que se queman ramas de sabinas. Para hacerse una
idea de la importancia de este santo para Culebras, en 1585 se le encargó la realización de
su imagen al conocido escultor flamenco Giraldo de Flugo[3]
“de cinco cuartas de largo” y su pintura a Juan Gómez, perteneciente a una importante
familia de pintores de Cuenca, estableciendo el importe de su realización y
pintura en unos cuarenta ducados[4].
Para finalizar, y por
encontrarse también san Roque en el retablo junto a san Sebastián, se expone a continuación
un escrito del año 1601 sobre la celebración de la festividad de San Roque en La
Ventosa[5]
en el que se menciona, entre otras cosas, que tal celebración era muy antigua y
que existió también una ermita dedicada a este santo, siendo una posibilidad
que la ermita de San Sebastián estuviese dedicada a ambos.
“En la Villa de La Ventosa, estando
en la Santa Iglesia de ella, a dieciséis días del mes de Agosto, año del Señor
de mil y seiscientos y un años, y siendo presentes el Licenciado Lorenzo
Cerezo, cura de la dicha Iglesia y Alonso Fiel, clérigo, y del Ayuntamiento,
Justicia y Regimiento de la dicha villa Don Gaspar de Bustos Espejo, Alcalde
Mayor, y Felipe López, Miguel de León, Alcaldes Ordinarios, y Hernando Ortuño
de Monterroso, y Miguel Orbero, y Francisco Cantero, Regidores y vecinos de la
dicha villa; Domingo Saiz, Alberto de las Muelas, Juan Cantero, Blas
Ballestero, Apolinario Moreno, Andrés López, Asensio González, Mingo Gil, Juan
Saiz Heredero, Luis López, Miguel de la Cueva, Miguel Carralero, Miguel Pérez,
Juan López, Sebastián del Rincón, Esteban Pérez el mozo, Miguel Romo, Domingo
Gil el mozo, Francisco Tomás el mozo, y por ellos y por los demás vecinos de
esta dicha villa por quien prestan sanción y con quien se ha tratado y
comunicado a concejo público abierto, dijeron que la Fiesta del Señor San
Roque, cuyo día es de tiempo inmemorial, antiguamente se ha guardado en esta
dicha villa y había de él Ermita, y por la antigüedad de los tiempos no parece
la memoria y razón por qué se mandó guardar la dicha fiesta sólo la hay de la
dicha costumbre. Y que se solía dar caridad este dicho día al pueblo y
aprobando y ratificando la dicha costumbre que se guarde el dicho día de San
Roque por abogado de la peste, de su libre y determinada voluntad sin ser
inducidos ni atraídos para ello dicen que de nuevo votan y quieren que la dicha
fiesta del Señor San Roque se guarde para siempre jamás por los vecinos que son
presentes y sucedieren de aquí en adelante a que los obligan, y el que lo
contrario hiciere pueda ser castigado por cualquier Juez Eclesiástico y Real
Comisión”.
[1] Archivo Diocesano de Cuenca. Libros de Fábrica de La Ventosa. Legajo P-673, pág. 63.
[4]
Archivo Histórico Provincial
de Cuenca, Protocolos Notariales de Gabriel de Valenzuela, 1585, nº 498, página
180.
[5] Archivo Diocesano de Cuenca. Libros
de Fábrica de La Ventosa. Legajo P-673.
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